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Instituto Nacional Sanmartiniano

206º Aniversario de la Batalla de Maipú.

Discurso del Presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano, Eduardo García Caffi, en el acto oficial en conmemoración del 206º Aniversario de la Batalla de Maipú.

En un día como hoy, hace 206 años, tenía lugar la decisiva victoria del Ejército de los Andes en la Batalla de Maipú.

En este contexto, quiero saludar muy especialmente el retorno a la Argentina de una persona con quienes ya hemos compartido en el pasado homenajes similares: el señor Embajador de Chile José Antonio Viera-Gallo.

No pondré énfasis en los aspectos militares del  desempeño glorioso de argentinos y chilenos aquel 5 de abril de 1818,  para no superponerme a los conceptos vertidos por quienes me han precedido y me sucederán en el uso de la palabra.

Prefiero poner énfasis en lo que simboliza Maipú: un espíritu de liderazgo desplegado en la adversidad y el ejemplo cabal de una firme determinación política alumbrada por la conciencia de la misión histórica que sus protagonistas estaban dispuestos a honrar cumpliendo con su deber.

Sólo con esta conciencia esclarecida pudo ser posible que,  diecisiete días después del amargo revés de Cancha Rayada, un pueblo y un ejército unidos, más el liderazgo de San Martín sustentado sobre sus más tenaces convicciones; hiciera posible un triunfo de la magnitud alcanzada en Maipú.

Los tiempos revolucionarios independentistas exhibían la tensión permanente entre viejos y nuevos paradigmas: la limitación del poder versus el absolutismo; los modelos bélicos caducos frente a la audacia de los novedosos y el surgimiento de nuevos protagonistas que dejaban atrás su sombría condición de sujetos pasivos de la Historia.

Hombres y mujeres, pueblos y naciones, unidas tras una misma causa de emancipación, destino soberano y progreso en libertad.

San Martín y O’Higgins, aquellos dos amigos entrañables nacidos el mismo año de 1778, sellaron en su abrazo de Maipú un compromiso permanente con sus férreas convicciones políticas y militares traducida en la simbiosis amistosa entre los pueblos de la Argentina y Chile.

Nuestro Libertador demostró ser un líder capaz de coordinar y orientar esfuerzos individuales, nacionales y continentales; poniendo su mayor tenacidad para encaminarlos hacia la consumación de sus objetivos independentistas.

La campaña fue exitosa en lo militar porque jamás estuvo disociada de la visión política de San Martín, sustentada en un sentimiento ético cuyo eje central se nutría del espíritu de un pueblo cuyo anhelo esencial era el de vivir en un continente libre, pacífico y próspero, dotado de una identidad propia.

El Padre de la Patria se ocupó de que quedara bien clara la siguiente consigna: los ejércitos comandados por él eran para liberar, no para conquistar.

El 5 de abril de 1818, el Libertador se trazó dos objetivos: asegurar la Independencia de Chile y que las primeras planas de los periódicos del Viejo Continente pusieran de resalto el gran revés militar de las fuerzas de Fernando VII, obsesionado por restaurar su nostálgico absolutismo.

Simón Bolívar, al enterarse de la victoria de Maipú, no vaciló en afirmar: “La hora de América ha llegado”.

Ciento quince años después de la Batalla de Maipú, el doctor José Pacífico Otero, incentivado por el destacado artista plástico Benito Quinquela Martín y el eminente historiador Enrique de Gandía, tomó la decisión de llevar adelante, junto a una entusiasta comisión directiva, la creación del actualmente denominado Instituto Nacional Sanmartiniano. Fue hace noventa y un años, el 5 de abril de 1933. Y es un fuerte motivo de compromiso para nosotros, sobre todo en este 2024 en que el que nuestra Casa se honra en conmemorar los ciento cincuenta años del natalicio del Dr. Otero, su fundador y primer presidente.

El año pasado, en nuestro nonagésimo aniversario, hemos comenzado a publicar en la página oficial del Instituto numerosa bibliografía sanmartiniana digitalizada. Los modernos medios tecnológicos han permitido que el pensamiento del Primer Soldado de la Libertad, volcado en esos volúmenes, esté a disposición, en cualquier lugar del mundo, de cualquier persona interesada, investigadores profesionales o aficionados a la Historia.

El sol no sólo fue testigo de lo acontecido en el campo de gloria de Maipú. También lo fue de la presencia de la biblioteca personal del General San Martín, que con él había atravesado los Andes. Esos libros iluminaron su campaña libertadora.

Ciento quince años después, ese mismo sol iluminó el empeño fundacional de nuestro Instituto y hoy lo hace con nosotros para alentarnos a investigar y difundir la obra del Libertador y rendir homenaje permanente a quienes hicieron posible la victoria del 5 de abril de 1818.

Esta fecha es un desafío digno de tomar como ejemplo, porque nos permite evocar que el triunfo más resonante es posible luego de la derrota más amarga.

Maipú nos enseña que los esfuerzos llevados adelante en tiempos de guerra deben ser igualados, y hasta superados, en tiempos de paz.

La construcción de la Patria soñada por San Martín requiere de todos y cada uno de nosotros, ciudadanos comprometidos, con derechos y obligaciones.

La Embajada de la República de Chile y el Regimiento de Granaderos a Caballo honran al Instituto Nacional Sanmartiniano con la organización de este acto conjunto que, para quien les habla, constituye un doble orgullo: el recuerdo imperecedero de Maipú y el nonagésimo primer aniversario de nuestra querida Casa.

Nuestra Historia debe ser  la guía que nos oriente en la búsqueda de soluciones para los desafíos presentes y venideros.

Conocerla nos facilitará la tarea de afrontarlos con espíritu patriótico, libre y sanmartiniano.

Muchas gracias.

Eduardo Emanuel García Caffi

Presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano